Vivimos en un amnesia pedagógica impresionante. Donde hay mucha acción y poco pensar, poco libro, poca historia. Un egocentrismo vital que nos lleva a creer que hemos inventado la rueda pedagógica, cuando en realidad TODAS y cada una de las propuestas que se esconden en la pancarta de "Innovación Pedagógica" son copias de discursos mucho más antiguos. Llamar "Nuevas Pedagogías" a Waldorf, Método por proyectos o Montessori ... por ejemplo.. es del todo una barbaridad.
educación del ser
La misión de la educación actual es ofreces espejos.
La misión de la educación no es ofrecer caminos sino ofrecer espejos; lugares desde los que encontrar nuestro centro sincero y poder crear desde ahí. Si queremos que los alumnos sean singulares y auténticos quizás, hemos de mostrarles la valentía del ser auténticos, la marejada que nos lleva a confiar en el fluir del mar. Los maestros tenemos que estar atentos a eso y ser conscientes de que “el maestro es un fuerza que imprime su resultado pasados varios años“. Tenemos que preparar a los alumnos para ese estado de ser en el mundo, para ese habitar la vida desde la consciencia. Es por eso que tenemos que educarles para SER, no para parecer o estar.
El aula donde trabajas te mostrará lo que eres.
Así pues, no olvidemos nunca que el aula es una micro-sociedad y en ella se ven reflejadas las personalidades de la misma. En una misma clase estarán el tierno, el agresivo, el nostálgico, el dulce, el soñador, el dogmático… todos estarán ahí. El ambiente que allí se genere dependerá de cómo sea el maestro. No se confundan. La diferencia entre una aula y otra no viene dada porque los niños sean mejores en o peores en cada una, eso no es así. La diferencia siempre la pone el maestro.
«Sé feliz, hijo mío. Sé tú mismo.»
Queremos que nuestros hijos sean libres, pero no hacemos más que enseñarles ventanas. Ventanas que nosotros nunca abrimos, ventana que, en nuestro hogar, sólo se entornan. Ventanas grandes y lustradas, ventana limpias y aclaradas. Ventanas con alma de jaula, ventanas soga.