– Maestro; Me pasa que a veces vierto ira sobre aquellos que gozan de espontaneidad a mi lado. Me sucede que proyecto en voz de odio, palabras y pensares que buscan dolerles el alma…
¿Qué puedo hacer?
+ Procura amor querido mío.
Cada vez que sientas que en tu corazón se posa el ave de la envidia, cada vez que sientas que tu alma se llena de ojeras…
Recuerda: La envidia nace cuando esperas que el otro deje de darse lo que tú no te das.
Esperas que el otro bese el lodo y convierta en fango lo que tú vives escondido. Quieres convivir con sus bajezas porque no aceptas desplegar tus alas. Buscas que el otro repte, buscas que el otro no goce arboledas, y viva siempre con la cabeza baja y el corazón hundido.
Crees que su tristeza, te da alegría.
Pero no es así.
Cuando abrimos herida en un corazón ajeno y en nuestro sentir amanece una sonrisa, no estamos más que dándole escena al monstruo que hace años nos hirió.
Y cuando en nosotros brota una risa o carcajada nacida del dolor no propio, asoma en el fondo un llanto nuestro que nunca cesó.
Reír, a veces, es la ceguera de aquel que no dio lágrima a un dolor.
Por eso querido alumno, procura amor. Invierte tiempo y alegría en abrir las ventanas de tu alma sabiendo, que cuando niegas al otro estas borrándote a ti mismo.
Recuerda:
La envidia nace cuando esperas que el otro deje de darse lo que tú no te das.
El amor nace cuando comienzas a darte lo que esperas del otro.
___
Ilustración : Claudia Tremblay
Extraído del borrador de mi libro «La Educación de las Luciérnagas».
Próximamente en este 2019… Entra en http://www.mundoaladuria.com y suscríbete en la lista de correos para estar informado de su lanzamiento 🙂